Julio
Ramos Díaz, abogado, doctor, profesor y académico. Nació en
Cádiz en 1928.
Entre
1985 y 1988 ha sido durante tres mandatos consecutivos decano del
Colegio de Abogados de Cádiz y ha pertenecido al Consejo Consultivo
de Andalucía.
Familia
Su
padre, Julio Ramos Hermoso, era militar y abogado. Es el mayor de una
familia de cuatro hermanos. Todos estudiaron Derecho. Su hermana Pura
fue la primera abogada de Cádiz. Se casó con María Teresa
González Santiago. El matrimonio no tiene hijos.
Formación
Empezó
a estudiar en las Carmelitas. Después pasó a San Felipe Neri. Tras
ser encarcelado su padre, dejó los estudios en 1936 por falta de
medios. Sin embargo, el padre Vicente López y el director del
colegio, José Maeztu, fueron a buscarlo a su casa y lo admitieron
como alumno gratuito hasta 1942. No olvidaban que su padre, con
tropas de Artillería, los había protegido en los asaltos de marzo
del 36.
Julio
empezó a estudiar Derecho en Cádiz por libre. Hasta que Francisco
de Pelsmaeker, catedrático de Romano, le consiguió una beca para
que estudiara en la Facultad de Derecho de Sevilla. Allí se encontró
con otro hombre que sería como un padre profesional: Manuel Giménez
Fernández. Julio le profesó una gran amistad, casi devoción.
Docencia
Estuvo
cinco años trabajando en Sevilla como profesor ayudante. En ese
periodo elaboró su tesis doctoral sobre fray Bartolomé de las
Casas.
En
tiempos de Barbadillo, colaboró con Valdecantos en la creación del
centro de la UNED en Cádiz. Fue tutor en este centro hasta que se
jubiló.
Guerra
Civil
La
vida cambió para la familia Ramos el 18 de julio de 1936. El padre
ejercía de comandante de Artillería y se negó a sublevarse con las
tropas franquistas, a pesar de su amistad con el general Varela. Fue
encarcelado en el castillo de Santa Catalina.También fue amigo de
Alcalá Zamora. Era un republicano de orden, que estudió con los
Escolapios y defendió templos en los asaltos de marzo del 36.
Fueron
expulsados de los pabellones militares y les pusieron los muebles en
la calle. Su madre, Pura Díaz, alquiló un piso en Cádiz y desde
entonces, su mayor afán fue conseguir que no fusilaran a su marido y
que lo pusieran en libertad.
Queipo
de Llano que les conocía prometió a su madre que no lo fusilarían.
Lo condenaron a seis años. Fue indultado en septiembre de 1939, tras
cumplir más de 3 años encarcelado.
Tras
quedar en libertad, su padre tuvo dificultades, porque en el Colegio
de Abogados no lo admitían por su pasado. Sin embargo, pudo ejercer
y contó con el apoyo de abogados como Félix Bragado, Cayetano
Súnico, y Juan Antonio Ollero. También le ayudaron sus compañeros
artilleros, que mantuvieron la amistad, a pesar de no estar en el
bando vencedor.
Actividad
en Cádiz
Volvió
a Cádiz para trabajar en la Diputación tras conseguir una plaza de
oficial técnico. En 1961 obtuvo plaza de letrado.
También
trabajó como abogado para el Ayuntamiento cuando era alcalde Carlos
Díaz. Antes colaboró con José León de Carranza, con quien tenía
una larga amistad. Casualmente, lo llevó a su casa en coche el día
que sufrió el fatídico accidente en Río Arillo.
Ha
tenido amistades de todos los colores. El obispo Tomás Gutiérrez
fue cliente de su padre, cuando trabajaban en el bufete de Valverde
(en la casa del Beaterio). Un día don Tomás le dijo a su padre:
"Ojalá todos los rojos hubieran sido como usted".
Las
relaciones con el Obispado las recibió Julio Ramos Díaz en
herencia, cuando murió su padre en 1963. Posteriormente sería
albacea en el testamento del obispo. Esas relaciones eclesiásticas
las mantuvo con Añoveros, Dorado y Ceballos, y las ha dejado ya con
Zornoza, cuando se ha retirado definitivamente.
Bufete
En
1975 trasladó su bufete a la calle Juan Ramón Jiménez, donde
reside. Allí trabajó con su hermana Pura, y con un sobrino y dos
sobrinas. Tuvo como compañero, desde los tiempos de Valverde, a Juan
Pablo Rodríguez Sánchez.
Colegio
de Abogados de Cádiz
Cuando
entró como diputado del Colegio de Abogados de Cádiz tenía la
espinita clavada de que en otros tiempos expulsaron a su padre.
Estuvo en juntas con Federico Sahagún y Miguel Fernández Melero.
Después
fue elegido decano en tres ocasiones. Cuando posó para el retrato
pidió que se lo firmaran solo como Julio Ramos (sin Díaz), en
homenaje a su padre.
Abordaron
proyectos importantes, como la nueva sede y la creación de la
Escuela de Prácticas Jurídicas y Forenses, donde colaboraron muchos
abogados, especialmente José Luis Suárez.
Ha
sido el primer presidente del Consejo Andaluz de Colegios de
Abogados. Fue una iniciativa suya, junto al presidente de la Junta,
Manuel Chaves. Ahora es presidente honorario.
Asimismo
fue miembro del Consejo General de la Abogacía.
Academias
Es
académico de Legislación de Granada.
Reconocimientos
honoríficos
- El Papa Benedicto XVI le concedió la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice, en reconocimiento a su fidelidad a la Iglesia y el servicio a la comunidad eclesial.
- Ha recibido la Cruz de San Raimundo de Peñafort, entre otras distinciones.
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