Pascual
Cervera y Topete, marino y militar. Nació en Medina Sidonia
(Cádiz) en 1839 y murió en Puerto Real (Cádiz) en 1909 a los 70
años de edad.
Fue
un destacado almirante de la Armada Española. Tuvo una
larga experiencia en cargos militares navales tanto en Filipinas
como en Cuba y en la Península.
Familia
Su
padre fue oficial del Ejército que luchó contra las tropas de
Napoleón durante la guerra de la Independencia. En 1865 contrajo
matrimonio.
Formación
Con
solo 13 años de edad, ingresó en el Colegio Naval. Durante su
primer viaje a La Habana, fue promovido a Guardiamarina de primera
clase en 1858. Cuando cumplió 21 años recibió el despacho de
Alférez de Navío.
Docencia
Entre
1865 y 1868, se le encargó la formación de guardiamarinas a bordo
del navío de línea Francisco de Asís.
Estancia
en Filipinas
Siendo
joven fue enviado a las Islas Filipinas, donde estuvo a las órdenes
del Almirante Casto Méndez Núñez. Luchó contra los moros malayos
y a punto estuvo de perder la vida durante el asalto a la Cotta o
fuerte de Pagalugan. Por esta acción de guerra, fue promovido a la
graduación de Teniente de Navío.
En
Filipinas permaneció llevando a cabo trabajos de hidrografía y
levantando cartas de los centenares de islas del archipiélago.
Muchas de esas cartas fueron de gran importancia para los navegantes
de aquellas aguas hasta bien entrada la segunda década del siglo XX.
Regreso
a España
Cuando
regresó a la península ascendió a Capitán de fragata y tomó
parte en la segunda guerra carlista y en la defensa del Arsenal
de la Carraca durante la proclamación del Cantón de
Cádiz.
Nueva
estancia en Filipinas
Tras
la Revolución Cantonal, fue enviado de nuevo a Filipinas, al
mando de la corbeta de hélice Santa Lucía, donde tuvo que
intervenir en acciones de guerra, especialmente en Mindanao. En
1876 fue nombrado Gobernador del archipiélago de Joló.
Nuevo
Regreso a España
De
vuelta a la península, y tras ocupar diversos cargos en el
ministerio de marina, recibió el mando del buque escuela de
guardiamarinas, la corbeta Ferrolana a mediados de 1879. A
finales de 1880 fue designado comandante militar de marina de
Cartagena.
Cargos
técnicos
Presidió
la Comisión Constructora del acorazado Pelayo, del que
en 1888, fue el primer comandante de su primera dotación.
En
1891 fue nombrado director técnico y administrativo de los
astilleros del Nervión, contratados para llevar a cabo la
finalización de la construcción de los tres cruceros
acorazados de la clase Infanta María Teresa,
Ministro
En
1892, el gobierno progresista de Mateo Práxedes Sagasta lo nombró
ministro de Marina, cargo en el que estuvo tan sólo unos meses.
Senador
Durante
la legislatura 1893-1894, fue elegido senador por Cádiz y
durante la legislatura 1898-1899 por Albacete.
Guerra
de Cuba
En
abril de 1898, con el cargo de contraalmirante, salió de Cádiz al
mando de la Escuadra del Atlántico, rumbo a Cuba, con la misión de
sofocar los brotes independentistas de la colonia.
Cervera
consideró, desde un principio, descabellada e irresponsable la
misión que se le había encomendado en las Antillas, habida cuenta
de la manifiesta desproporción de fuerzas y calidades que existían
entre la flota española y la estadounidense, la cual apoyaba
abiertamente a los insurrectos cubanos
El 3
de julio de 1898, en aguas de Santiago de
Cuba, presentó batalla a la flota del almirante Sampson,
superior en número y calidad de equipos, la escuadra española fue
vencida tras un desigual combate.
La
decisión de Cervera de salir de Santiago a pleno día y pegado a la
costa solo se explica desde el punto de vista humanitario, para
tratar de minimizar el número de víctimas en la batalla, lo cual
confirma que Cervera daba por perdida la batalla antes de iniciarla.
Una
vez que los seis barcos españoles abandonaron el seguro refugio del
puerto, uno a uno fueron encañonados y hundidos por el certero fuego
cruzado de los acorazados estadounidenses. Todo sucedió tal y como
había previsto Pascual Cervera, la “batalla” apenas duró 15
minutos, costó la vida a unos 500 marineros españoles y
aproximadamente fueron hechos unos 2.000 prisioneros, entre los que
se contó el propio Cervera, que tuvo que ganar la costa a nado.
El
capitán de Navío Fernando Villamil había propuesto
realizar acciones ofensivas para hacer replegarse al enemigo y
conseguir un mayor equilibrio de fuerzas, y el también capitán de
Navío Joaquín Bustamante había propuesto una salida nocturna
escalonada. Ninguna de las dos propuestas fue atendida por Cervera,
que optó por la inacción.
Consecuencias
de la derrota en Cuba
El
16 de julio capituló la población de Santiago. Fue el final de la
guerra de Cuba y la consiguiente pérdida de la última colonia
española, junto con las Islas Filipinas, que ya habían caído el 1
de mayo del mismo año en poder de los norteamericanos.
Cervera
fue hecho prisionero en la batalla. Otra suerte corrió el capitán
de Navío Fernando Villaamil, auténtico héroe y mártir de la
batalla, que resultó muerto en combate a bordo del Furor. El
capitán de Navío Joaquín Bustamante no participó en la
batalla naval, pero resultó herido en la Batalla de las Colinas
de San Juan, cerca de Santiago de Cuba y falleció pocos
días después.
Repatriación
a España
Una
vez repatriado, el almirante Cervera tuvo que sufrir un juicio
militar por sus presuntas responsabilidades en el desastre colonial.
Finalmente fue absuelto y publicó un libro de justificación sobre
los acontecimientos coloniales, en el año 1899, titulado Colección
de documentos.
Desde
1901, desempeñó la jefatura del Estado Mayor Central de la Armada,
para pasar a hacerse cargo de la Capitanía General de El Ferrol, en
1905.
Senador
vitalicio
En
1903 fue nombrado senador vitalicio. Ocupó dicho cargo hasta su
muerte, acaecida en 1909. Sus restos descansan en el Panteón de
Marinos Ilustres de San Fernando.
Reconocimientos
honoríficos
- Legión de honor francesa
- Tras su muerte, un buque de la Armada Española portó el nombre de Almirante Cervera.
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