José
González Hontoria, marino, militar, profesor e inventor. Nació
en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) en 1840 y murió en Madrid en
1889 a los 49 años de edad.
Llegó
a ser mariscal de campo de Infantería de
Marina y brigadier de la Armada. Desempeñó
numerosas misiones de servicio en España y en el extranjero. José
González Hontoria sobresalió por sus amplios conocimientos
científicos y por su capacidad para llevarlos a la práctica.
Sus
trabajos impulsaron un desarrollo industrial que se ha prolongado
hasta nuestros días, con la fabricación en España de los más
variados cañones. El éxito alcanzado por sus montajes se refleja en
el hecho de que en 1898 estaban en servicio sesenta y cuatro buques
de la Armada con un total de trescientos veintiséis cañones
“González Hontoria”.
Familia
Hijo
primogénito de Antonio González Ángel y de María de la Paz
Hontoria Tezanos, matrimonio perteneciente a una familia muy
arraigada en Sanlúcar. Su padre era médico de profesión y uno de
los hermanos de su madre fue alcalde de la ciudad. Se casó con
María de la Concepción Fernández-Ladreda y Miranda con la que tuvo
siete hijos. tres de ellos: Diego, Julio y José, alcanzaron los
grados de contralmirante, teniente de navío y capitán de fragata
respectivamente. Antonio ingresó en la Academia de Segovia y alcanzó
el grado de comandante de artillería del Ejército de tierra. Manuel
se hizo abogado, fue diplomático y llegó a ministro de Estado. En
cuanto a Luis, el benjamín, murió muy joven.
Formación
En
1851 con 11 años ingresó como aspirante en el Colegio Naval
Militar de San Fernando. Años más tarde ingresó en la Academia de
Estado Mayor de Artillería de la Armada, en San Fernando (Cádiz),
donde consiguió plaza con las máximas calificaciones y fue nombrado
subteniente alumno (1858). Tras dos años de estudios, ascendió a
teniente con el número uno de su promoción,
Docencia
En
1860 fue nombrado profesor ayudante de la Academia de la Armada,
En
1861 fue nombrado profesor de Mecánica Racional y Aplicada de la
Academia. Tras desempeñar otros cargos administrativos y de mando en
el campo de la Artillería, ascendió a capitán y fue nombrado
profesor de Cálculo Diferencial e Integral en la Academia (1862), y
de nuevo se hizo cargo de la Comandancia de la Escuela y Sección de
Condestables (1863), esta vez como profesor más antiguo
Periplo
por Europa
Fue
enviado por la superioridad a realizar un recorrido de información
y aprendizaje por las fábricas de pólvora y armas que había en
Europa, así como a estudiar los procesos de fundición de la
industria nacional.
Viaje
a Estados Unidos
Entre
1864 y 1865, en plena Guerra de Secesión, fue comisionado a los
Estados Unidos para estudiar los avances de dicho país en armamento
y procedimientos de fabricación de cañones (1864-1865), realizó
una gran labor de recopilación de información que plasmó en una
extensa y detallada memoria a su regreso, que le valió el
reconocimiento internacional y la concesión de la Orden de
Carlos III
Trubia
(Asturias)
Fue
destinado a la fábrica de artillería de Trubia (Asturias), donde se
fundían los cañones navales (1866), para integrarse en la comisión
que allí tenía la Marina, de la que terminó siendo jefe en 1869.
En
este período se distinguió por sus conocimientos y por sus claros
conceptos en todo lo referente a la fundición de cañones, y sus
observaciones siempre fueron tenidas en cuenta.
Más
adelante, como agregado a la Junta Especial de Artillería de la
Armada (1872), se trasladó a Trubia para estar presente en las
pruebas de su cañón de 254 milímetros, y volvió a ser designado
jefe de la comisión de la Marina en la fábrica. Las pruebas del
cañón fueron un gran éxito, pero el proyecto no pudo seguir
adelante por problemas presupuestarios derivados de la Tercera Guerra
Carlista, y fue abandonado. El éxito logrado con este cañón le
valió el empleo honorífico de coronel de Infantería de Marina
(1876).
Al
finalizar la guerra carlista (1876), su cañón había sido superado
por los nuevos sistemas de retrocarga (carga por la culata), pero
González Hontoria no se desanimó, continuó como jefe de la
comisión de la Marina en Trubia y siguió adelante con nuevos
proyectos de cañones mucho más avanzados. En enero de 1878,
ascendió por sus méritos a coronel supernumerario de Artillería
sin número. En dicho año presentó su segundo proyecto de cañones,
consistente en un sistema de piezas de acero, de retrocarga y ánima
rayada, de 70, 90, 120, 160, 180 y 200 milímetros, por el que
recibió muchas felicitaciones y una condecoración.
Arsenal
de Ferrol
En
1870 fue nombrado comandante del parque del Arsenal de Ferrol, cargo
que compaginó con otros destinos administrativos. Fue entonces
cuando puso en práctica su primer proyecto de cañón de avancarga
(carga por la boca) de 254 milímetros de rayado parabólico, fundido
en hueco siguiendo el método que había visto en Estados Unidos
San
Fernnado
De
Trubia pasó destinado al departamento de Cádiz como vocal de la
Comisión de Experiencias (1879), fue nombrado subdirector de las
Escuelas de Artillería ubicadas en Cádiz, y asistió a muchas de
las experiencias llevadas a cabo con sus cañones en la batería de
experiencias de Torregorda (Cádiz).
En
1879, fue nombrado vocal de la Junta Mixta de Guerra y Marina para
proponer los sistemas de fabricación de cañones que debían de
seguirse en la fábrica de Trubia, y para conseguir la mayor
unificación posible entre la Armada y el Ejército de tierra en
calibres, diseños de cañones y tipos de proyectiles. Realizó una
nueva comisión a varias fábricas de artillería de Francia,
Inglaterra y Alemania (1880) para contratar veinte cañones de su
sistema y transformar otros veinte, que, como de costumbre, fue un
nuevo éxito. Al finalizar, regresó a su destino de vocal en la
Comisión de Experiencias, y continuó con las pruebas de sus
cañones.
Relevancia
tecnológica
Efectuó
distintos estudios sobre los procedimientos de elaboración
de pólvora y de fabricación de artillería.
En 1879 se
aceptó para servicio en la Armada el sistema de artillería del que
fue autor y se le designó para estudiar el sistema de fabricación
de los calibres, trazados de cañones y proyectiles.
En
1878 diseñó un sistema de cañones de acero, retrocarga, y ánima
rayada en los calibres de 70, 90, 160 y 200 mm que fue declarado
como reglamentario por la Armada Española. Entre ellos el
denominado Trubia, un modelo de cañón de 160 mm que en
aquellos momentos fue considerado el más potente de Europa.
En
1883, diseñó un nuevo sistema de cañones que incluía los de
240 mm, 280 mm y 320 mm, que también fueron
declarados como reglamentarios por la Armada.
Por
estos avances tecnológicos fue solicitado por las fábricas
británicas de cañones para la dirección de las mismas en
inmejorables condiciones, no aceptándolas por preferir prestar sus
servicios en España.
Su
sistema artillero fue definitivamente aprobado para ser utilizado por
la Armada por Real Decreto de 4 de febrero de 1881, y González
Hontoria fue autorizado a seguir adelante con la fabricación de sus
cañones, introduciéndoles las reformas que juzgara necesarias.
Como
recompensa, ascendió a brigadier de Infantería de Marina y, como
muestra de admiración y aprecio, sus compañeros y superiores le
regalaron la faja del nuevo cargo con una sentida carta, que fue
difundida por Real Orden a todas las dependencias de la Armada. El
resultado fue una serie de nuevos cañones construidos según las
normas y técnicas más modernas, de los que destacó el de 160
milímetros
Acorazado
Pelayo
En
aquella época estaba en construcción en Tolón (Francia) el
acorazado Pelayo, que iba a ser el mejor buque de la Armada
durante muchos años, al que se iba a dotar de cañones “González
Hontoria” tanto en su artillería principal como en la secundaria.
La
artillería principal la compondrían cuatro montajes, dos de 320
milímetros, uno a proa y otro a popa, y dos de 280 milímetros, uno
por cada banda. La artillería secundaria iba a estar formada por
doce cañones de 120 milímetros, seis por banda. Esta circunstancia
obligó a José González Hontoria a realizar muchos viajes a los
astilleros y a diferentes fábricas nacionales y extranjeras en
Francia, Inglaterra y Alemania (1885- 1886), que compaginó con otras
actividades, ya que fue nombrado consejero técnico de la Sociedad
Anónima Santa Bárbara para fabricar pólvoras para sus cañones
(1885). Tuvo que asistir a nuevas pruebas de dichos cañones en
Torregorda, y fue comisionado al departamento de Cádiz para estudiar
el emplazamiento del futuro taller de proyectiles (1886)
Mariscal
de Campo
En
atención a los méritos contraídos, por Real Decreto de 2 de marzo
de 1887, ascendió al empleo de mariscal de campo de Infantería de
Marina, lo que resultaba paradójico, ya que al mismo tiempo era
coronel de su cuerpo de Artillería de la Armada. Poco después fue
nombrado inspector general de cañones y montajes de su sistema, y
continuó con el desempeño de numerosas comisiones y viajes por
España y el extranjero, relacionados con la fabricación de sus
cañones (1887-1888).
Posiblemente
murió sin haberse enterado que dos días antes había ascendido por
vacante a brigadier del Cuerpo de Artillería. Tampoco pudo
presenciar las pruebas de artillería del acorazado Pelayo, su
gran obra, que quedó listo al año siguiente de su muerte.
Como
legado, además del espíritu que sembró en el campo de la
Artillería Naval, seguido por contemporáneos y sucesores, dejó una
profunda huella en los campos del estudio, la enseñanza técnica, y
los procedimientos experimentales, en los que se fundamentaron en
gran medida sus éxitos.
Reconocimientos
honoríficos
A
lo largo de su carrera y en premio a las labores desarrolladas,
además de los ascensos honoríficos citados anteriormente, González
Hontoria recibió diversas felicitaciones, y se hizo acreedor a
muchas condecoraciones.
- Por la memoria presentada a su regreso de Estados Unidos, fue nombrado caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III (1870). Por los cuatro años de profesor en la Academia de Artillería recibió la Cruz sencilla de Isabel la Católica (1870)
- Por los servicios prestados durante su estancia en Ferrol recibió una Cruz de 2.ª Clase de la Orden del Mérito Naval con distintivo blanco (1877). Por sus proyectos de cañones de retrocarga recibió una Cruz de 3.ª Clase del Mérito Naval con distintivo blanco (1878). A raíz de su segunda comisión por Europa recibió otra Cruz de 3.ª Clase del Mérito Naval con distintivo blanco (1880).
Fuentes
Esta
biografía se ah efectuado gracias a la reseña biográfica que hay
de este personaje en la Web de la Real Academia de la Historia,
escrita por Marcelino González Hernández.
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