jueves, 28 de noviembre de 2019

José González Hontoria



José González Hontoria, marino, militar, profesor e inventor. Nació en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) en 1840 y murió en Madrid en 1889 a los 49 años de edad.
Llegó a ser  mariscal de campo de Infantería de Marina y brigadier de la Armada. Desempeñó numerosas misiones de servicio en España y en el extranjero. José González Hontoria sobresalió por sus amplios conocimientos científicos y por su capacidad para llevarlos a la práctica.
Sus trabajos impulsaron un desarrollo industrial que se ha prolongado hasta nuestros días, con la fabricación en España de los más variados cañones. El éxito alcanzado por sus montajes se refleja en el hecho de que en 1898 estaban en servicio sesenta y cuatro buques de la Armada con un total de trescientos veintiséis cañones “González Hontoria”.

Familia

Hijo primogénito de Antonio González Ángel y de María de la Paz Hontoria Tezanos, matrimonio perteneciente a una familia muy arraigada en Sanlúcar. Su padre era médico de profesión y uno de los hermanos de su madre fue alcalde de la ciudad. Se casó con María de la Concepción Fernández-Ladreda y Miranda con la que tuvo siete hijos. tres de ellos: Diego, Julio y José, alcanzaron los grados de contralmirante, teniente de navío y capitán de fragata respectivamente. Antonio ingresó en la Academia de Segovia y alcanzó el grado de comandante de artillería del Ejército de tierra. Manuel se hizo abogado, fue diplomático y llegó a ministro de Estado. En cuanto a Luis, el benjamín, murió muy joven.

Formación

En 1851 con 11 años ingresó como aspirante en el Colegio Naval Militar de San Fernando. Años más tarde ingresó en la Academia de Estado Mayor de Artillería de la Armada, en San Fernando (Cádiz), donde consiguió plaza con las máximas calificaciones y fue nombrado subteniente alumno (1858). Tras dos años de estudios, ascendió a teniente con el número uno de su promoción,

Docencia

En 1860 fue nombrado profesor ayudante de la Academia de la Armada,
En 1861 fue nombrado profesor de Mecánica Racional y Aplicada de la Academia. Tras desempeñar otros cargos administrativos y de mando en el campo de la Artillería, ascendió a capitán y fue nombrado profesor de Cálculo Diferencial e Integral en la Academia (1862), y de nuevo se hizo cargo de la Comandancia de la Escuela y Sección de Condestables (1863), esta vez como profesor más antiguo

Periplo por Europa

Fue enviado por la superioridad a realizar un recorrido de información y aprendizaje por las fábricas de pólvora y armas que había en Europa, así como a estudiar los procesos de fundición de la industria nacional.

Viaje a Estados Unidos

Entre 1864 y 1865, en plena Guerra de Secesión, fue comisionado a los Estados Unidos para estudiar los avances de dicho país en armamento y procedimientos de fabricación de cañones (1864-1865), realizó una gran labor de recopilación de información que plasmó en una extensa y detallada memoria a su regreso, que le valió el reconocimiento internacional y la concesión de la Orden de Carlos III

Trubia (Asturias)

Fue destinado a la fábrica de artillería de Trubia (Asturias), donde se fundían los cañones navales (1866), para integrarse en la comisión que allí tenía la Marina, de la que terminó siendo jefe en 1869.
En este período se distinguió por sus conocimientos y por sus claros conceptos en todo lo referente a la fundición de cañones, y sus observaciones siempre fueron tenidas en cuenta.
Más adelante, como agregado a la Junta Especial de Artillería de la Armada (1872), se trasladó a Trubia para estar presente en las pruebas de su cañón de 254 milímetros, y volvió a ser designado jefe de la comisión de la Marina en la fábrica. Las pruebas del cañón fueron un gran éxito, pero el proyecto no pudo seguir adelante por problemas presupuestarios derivados de la Tercera Guerra Carlista, y fue abandonado. El éxito logrado con este cañón le valió el empleo honorífico de coronel de Infantería de Marina (1876).
Al finalizar la guerra carlista (1876), su cañón había sido superado por los nuevos sistemas de retrocarga (carga por la culata), pero González Hontoria no se desanimó, continuó como jefe de la comisión de la Marina en Trubia y siguió adelante con nuevos proyectos de cañones mucho más avanzados. En enero de 1878, ascendió por sus méritos a coronel supernumerario de Artillería sin número. En dicho año presentó su segundo proyecto de cañones, consistente en un sistema de piezas de acero, de retrocarga y ánima rayada, de 70, 90, 120, 160, 180 y 200 milímetros, por el que recibió muchas felicitaciones y una condecoración.

Arsenal de Ferrol

 En 1870 fue nombrado comandante del parque del Arsenal de Ferrol, cargo que compaginó con otros destinos administrativos. Fue entonces cuando puso en práctica su primer proyecto de cañón de avancarga (carga por la boca) de 254 milímetros de rayado parabólico, fundido en hueco siguiendo el método que había visto en Estados Unidos

San Fernnado

De Trubia pasó destinado al departamento de Cádiz como vocal de la Comisión de Experiencias (1879), fue nombrado subdirector de las Escuelas de Artillería ubicadas en Cádiz, y asistió a muchas de las experiencias llevadas a cabo con sus cañones en la batería de experiencias de Torregorda (Cádiz).
En 1879, fue nombrado vocal de la Junta Mixta de Guerra y Marina para proponer los sistemas de fabricación de cañones que debían de seguirse en la fábrica de Trubia, y para conseguir la mayor unificación posible entre la Armada y el Ejército de tierra en calibres, diseños de cañones y tipos de proyectiles. Realizó una nueva comisión a varias fábricas de artillería de Francia, Inglaterra y Alemania (1880) para contratar veinte cañones de su sistema y transformar otros veinte, que, como de costumbre, fue un nuevo éxito. Al finalizar, regresó a su destino de vocal en la Comisión de Experiencias, y continuó con las pruebas de sus cañones.

Relevancia tecnológica
Efectuó distintos estudios sobre los procedimientos de elaboración de pólvora y de fabricación de artillería.
En 1879 se aceptó para servicio en la Armada el sistema de artillería del que fue autor y se le designó para estudiar el sistema de fabricación de los calibres, trazados de cañones y proyectiles.
En 1878 diseñó un sistema de cañones de acero, retrocarga, y ánima rayada en los calibres de 70, 90, 160 y 200 mm que fue declarado como reglamentario por la Armada Española. Entre ellos el denominado Trubia, un modelo de cañón de 160 mm que en aquellos momentos fue considerado el más potente de Europa.
En 1883, diseñó un nuevo sistema de cañones que incluía los de 240 mm, 280 mm y 320 mm, que también fueron declarados como reglamentarios por la Armada.​
Por estos avances tecnológicos fue solicitado por las fábricas británicas de cañones para la dirección de las mismas en inmejorables condiciones, no aceptándolas por preferir prestar sus servicios en España.
Su sistema artillero fue definitivamente aprobado para ser utilizado por la Armada por Real Decreto de 4 de febrero de 1881, y González Hontoria fue autorizado a seguir adelante con la fabricación de sus cañones, introduciéndoles las reformas que juzgara necesarias.
Como recompensa, ascendió a brigadier de Infantería de Marina y, como muestra de admiración y aprecio, sus compañeros y superiores le regalaron la faja del nuevo cargo con una sentida carta, que fue difundida por Real Orden a todas las dependencias de la Armada. El resultado fue una serie de nuevos cañones construidos según las normas y técnicas más modernas, de los que destacó el de 160 milímetros

Acorazado Pelayo

En aquella época estaba en construcción en Tolón (Francia) el acorazado Pelayo, que iba a ser el mejor buque de la Armada durante muchos años, al que se iba a dotar de cañones “González Hontoria” tanto en su artillería principal como en la secundaria.
La artillería principal la compondrían cuatro montajes, dos de 320 milímetros, uno a proa y otro a popa, y dos de 280 milímetros, uno por cada banda. La artillería secundaria iba a estar formada por doce cañones de 120 milímetros, seis por banda. Esta circunstancia obligó a José González Hontoria a realizar muchos viajes a los astilleros y a diferentes fábricas nacionales y extranjeras en Francia, Inglaterra y Alemania (1885- 1886), que compaginó con otras actividades, ya que fue nombrado consejero técnico de la Sociedad Anónima Santa Bárbara para fabricar pólvoras para sus cañones (1885). Tuvo que asistir a nuevas pruebas de dichos cañones en Torregorda, y fue comisionado al departamento de Cádiz para estudiar el emplazamiento del futuro taller de proyectiles (1886)

Mariscal de Campo

En atención a los méritos contraídos, por Real Decreto de 2 de marzo de 1887, ascendió al empleo de mariscal de campo de Infantería de Marina, lo que resultaba paradójico, ya que al mismo tiempo era coronel de su cuerpo de Artillería de la Armada. Poco después fue nombrado inspector general de cañones y montajes de su sistema, y continuó con el desempeño de numerosas comisiones y viajes por España y el extranjero, relacionados con la fabricación de sus cañones (1887-1888).
Posiblemente murió sin haberse enterado que dos días antes había ascendido por vacante a brigadier del Cuerpo de Artillería. Tampoco pudo presenciar las pruebas de artillería del acorazado Pelayo, su gran obra, que quedó listo al año siguiente de su muerte. 
Como legado, además del espíritu que sembró en el campo de la Artillería Naval, seguido por contemporáneos y sucesores, dejó una profunda huella en los campos del estudio, la enseñanza técnica, y los procedimientos experimentales, en los que se fundamentaron en gran medida sus éxitos.

Reconocimientos honoríficos

A lo largo de su carrera y en premio a las labores desarrolladas, además de los ascensos honoríficos citados anteriormente, González Hontoria recibió diversas felicitaciones, y se hizo acreedor a muchas condecoraciones.
  • Por la memoria presentada a su regreso de Estados Unidos, fue nombrado caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III (1870). Por los cuatro años de profesor en la Academia de Artillería recibió la Cruz sencilla de Isabel la Católica (1870)
  • Por los servicios prestados durante su estancia en Ferrol recibió una Cruz de 2.ª Clase de la Orden del Mérito Naval con distintivo blanco (1877). Por sus proyectos de cañones de retrocarga recibió una Cruz de 3.ª Clase del Mérito Naval con distintivo blanco (1878). A raíz de su segunda comisión por Europa recibió otra Cruz de 3.ª Clase del Mérito Naval con distintivo blanco (1880).
Fuentes

Esta biografía se ah efectuado gracias a la reseña biográfica que hay de este personaje en la Web de la Real Academia de la Historia, escrita por Marcelino González Hernández.



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