domingo, 27 de octubre de 2019

Manuel de Falla



Manuel de Falla y Matheu, compositor y académico. Nació en Cádiz en 1876 y murió exiliado en Alta Gracia (República Argentina) en 1946 a los 69 años de edad.
Fue un genuino representante del nacionalismo musical español y es uno de los compositores españoles más importantes de la primera mitad del siglo XX.

Familia

Era hijo de José María Falla y Franco y de María Jesús Matheu y Zabala. Se casó con Cristina de Aranjuez. No consta que tuviese descendencia.

Formación

Recibió sus primeras lecciones de solfeo de mano de su madre que era pianista y de su abuelo, prosiguió con estudios de piano.
Se trasladó a Madrid para estudiar en el Real Conservatorio de Música y Declamación. Allí se perfeccionó en piano de la mano de buenos profesores. Superó, con la calificación de sobresaliente, los tres primeros años de solfeo y cinco de piano que los estudió por libre y obtuvo, por unanimidad, el primer premio de piano.

Lugares de residencia

Después de pasar sus primeros años de vida en Cádiz, pasó unos años en Madrid, luego continuó su formación mediante becas en París. Viajó por varios países europeos. Con motivo de la Primera Guerra Mundial que se inició en 1914, regresó de nuevo a Madrid. Hacia 1926, se estableció en Granada, donde vivió de forma ininterrumpida hasta 1939, en que tomó el camino del exilio hacia la República Argentina donde falleció en 1946.

Estructura de su obra creativa

Durante su estancia en París compuso sus obras más célebres: “El amor brujo”, “El sombrero de tres pico”, “Siete canciones populares españolas”, la “Fantasía Baética” y “Noches en los jardines de España”.
Su estilo fue evolucionando a través de estas composiciones desde el nacionalismo folclorista que revelan estas primeras partituras, inspiradas en temas, melodías, ritmos y giros andaluces o castellanos, hasta un nacionalismo que buscaba su inspiración en la tradición musical del Siglo de Oro español y al que responden la ópera para marionetas “El retablo de Maese Pedro”, una de sus obras más alabadas, y el “Concierto para clave y cinco instrumentos”.
Mientras que en sus obras anteriores Falla hacía gala de una extensa paleta sonora, heredada directamente de la escuela francesa, en estas últimas composiciones, su estilo fue haciéndose más austero y conciso, y de manera especial en el Concierto.
Los últimos veinte años de su vida, Manuel de Falla los pasó trabajando en la que consideraba había de ser la obra de su vida: la cantata escénica “Atlántida”, sobre un poema del poeta catalán Jacinto Verdaguer.

Relaciones con el flamenco

En 1901 conoció a Felipe Pedrell, que despertó en él el interés por el flamenco y, en especial, por el cante jondo. Compuso obras como Cortejo de gnomos y Serenata, ambas para piano.

La vida breve

En 1904, compuso la ópera “La vida breve”, en colaboración con Carlos Fernández Shaw, que se hizo acreedora del primer premio de un concurso convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Hasta 1913 no se pudo estrenar y fue en el Casino Municipal de Niza y el 7 de enero de 1914 se estrenó en el Teatro Nacional de la Opéra-Comique de París. Max Eschig publicó la partitura y se convirtió en el editor de Falla.

Estancia en París

En 1907 se trasladó a París, por consejo de Joaquín Turina y allí entró en relación con Maurice Ravel, Isaac Albéniz y Pablo Picasso entre otros genios de la época.
Es difícil saber qué experiencia vivida pudo cambiar el rumbo de una sensibilidad artística creadora pero la relación que Falla mantuvo con estos músicos en París influyó de manera determinante en su música posterior. Allí le aconsejaron que tomara el flamenco como fuente de inspiración.

Regreso a España

Tras el inicio de la Primera Guerra Mundial, Falla regresó a España y fijó su residencia de nuevo en Madrid. En noviembre se representó La vida breve en el Teatro de la Zarzuela. El 15 de enero de 1915, Joaquín Turina y Manuel de Falla fueron homenajeados por el Ateneo de Madrid.

El amor brujo

En 1915 tuvo lugar el estreno de la primera versión de El amor brujo en el Teatro Lara, interpretado por Pastora Imperio en el papel de Candelas y bajo la dirección orquestal de José Moreno Ballesteros, padre de Federico Moreno Torroba, quien tocó la parte de piano.

El sombrero de tres picos

Los Ballets Russos de Diágilev realizaron el estreno de El sombrero de tres picos en el Alhambra Theatre de Londres, con coreografía de Massine y decorados y figurines de Pablo Picasso. Esta obra pasó a formar parte del repertorio fijo de la compañía rusa.

Noche en los jardines de España

Esta obra se estrenó en el Teatro Real de Madrid a cargo de la orquesta sinfónica de Madrid junto con el pianista José Cubilesy dirigida por Fernández Arbós. En1920, tuvo lugar el estreno en París, bajo la dirección de Enrique Fernández Arbós y con Joaquín Nin en el papel solista.

Fantasía baética

En 1920, Arthur Rubinstein estrenó en Nueva York la Fantasia Baetica.

El retablo del Maese Pedro

Se estrenó la versión de concierto en el Teatro San Fernando de Sevilla. La escenificación de la obra tuvo lugar en París, en el palacete de la princesa Edmond de Polignac en1923. En Nueva York tuvo lugar la representación de El retablo de Maese Pedro con la Philharmonic Symphony Orchestra, Wanda Landowska y Willem Mengelberg, como director.

Auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca

Falla compuso la música para la representación del auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca El estreno se realizó en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra y fue organizada por el Ateneo de Granada y la Junta de Damas de Honor y Mérito. En dicha representación intervinieron además, Antonio Gallego Burín como director artístico, Hermenegildo Lanz como escenógrafo y Ángel Barrios como director de orquesta.

Estancia en Granada

En 1919, Falla fijó su residencia en Granada. La primera obra que compuso en Granada fue “Homenaje pour le Tombeau de Claude Debussy” para guitarra. El estreno tuvo lugar el 24 de enero de 1921 en París.
En esa época, estuvo muy vinculado con la vida cultural de la ciudad andaluza y frecuentó las amistades de varios personajes como Fernando de los Ríos y sobre todo, Federico García Lorca.
Se unió a Miguel Cerón, Federico García Lorca, Hermenegildo Lanz y otros miembros de la "tertulia del Rinconcillo", para celebrar un concurso de cante jondo a fin de rescatar el "canto primitivo andaluz". El festival musical se materializó en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra.
Durante esta etapa realizó algunos viajes a Francia, Bélgica e Italia y en Madrid conoció a Ernesto Halffter.

Publicaciones

Falla realizó el prólogo de la Enciclopedia abreviada de Música, de Joaquín Turina, y publicó Nuestra música en el número de junio de la revista Música.
Publicó un artículo titulado "Claude Debussy et l'Espagne" en La Revue Musicale.
La Revue Musicale publicó dos artículos de Falla: "Felipe Pedrell, (1841-1922)" y "Wanda Landowska à Grenade".

Conferencias

Falla pronunció una conferencia titulada El arte profundo de Claude Debussy en un homenaje que rindió el Ateneo de Madrid al compositor francés.

Academias

Manuel de Falla fue propuesto como académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de Granada, siendo admitido por unanimidad.
En 1924 fue nombrado académico de honor de la Real Academia Hispano-Americana de Ciencias y Artes de Cádiz.
Fue nombrado miembro de la Hispanic Society of America.
Fue nombrado miembro de la Kungliga Svenska Musikaliska Akademien Vágnar de Estocolmo.
Biografías
John Brande Trend publicó el primer libro monográfico sobre Falla en Nueva York, titulado Manuel de Falla and Spanish music.

Reconocimientos honoríficos
  • El Centro Artístico de Granada le tributó un homenaje.
  • Hijo adoptivo de la ciudad de Sevilla
  • Hijo predilecto de la ciudad de Cádiz
  • Fue nombrado Caballero, con el grado de Gran Cruz, de la Orden de Alfonso X el Sabio en
  • Se realizó un "Festival Falla" en Madrid, en el que el propio compositor interpretó el Concerto.
Exilio en Argentina y fallecimiento

A pesar de que Falla había tenido ciertas relaciones con el bando franquista a través de un trabajo realizado con José María Pemán, y había sido crítico con algunas actividades republicanas, no se pudo evitar de que en septiembre de 1939, después de finalizada la Guerra Civil, Manuel de Falla se exiliase en Argentina, a pesar de los intentos de los gobiernos del general Franco, por evitarlo y que le ofrecían una pensión si no se iba de España.
Vivió en su exilio argentino gracias a la ayuda de algunos mecenas, entre ellos la familia Cambó, y lo hizo de forma tranquila en una casa en las sierras, donde su hermana cuidaba de él.
Falleció el 14 de noviembre de 1946 Sus restos fueron trasladados desde Argentina hasta su tierra natal. En Cádiz fueron recibidos por su familia, José María Pemán y diferentes autoridades eclesiásticas, civiles y militares. El cortejo fúnebre se dirigió del muelle a la Catedral de Santa Cruz de Cádiz. Con autorización expresa del papa Pío XII, los restos fueron enterrados en la cripta de la catedral, donde se encuentran actualmente junto a los de José María Pemán.



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